Justo
ahora, cuando me dispongo a escribir sobre esto, me ha ocurrido. Lo
cual es normal, ¿no? Porque cuando una persona coge una hoja en
blanco o abre el Word, le cuesta empezar, no sabe cómo hacerlo... y
¿lo primero que le viene a la mente a esa persona? Piensa: <<Maldita
inspiración, ¿dónde te metes cuando te necesito?>>. Cosa que
puede ser cierta. La inspiración es un factor a tener en cuenta a la
hora de escribir (ya sean historias, poemas o música), sin embargo
no es tan importante como nos creemos que es. El triunfo de la mente
sobre la materia. Uno puede escribir sin inspiración, claro que sí,
porque la fuerza a aparecer, y para ello hay varios métodos:
escuchar música, bajar al río o a la playa, desconectar y volver
pasados los cinco minutos o diez o media hora, etcétera.
En
realidad, el no saber cómo empezar un relato is not a big deal,
porque puedes solucionarlo. Lo que sí es jodidamente asqueroso es lo
que se denomina el bloqueo del escritor. Te puede pillar al empezar
tu historia, en el medio, o al final. No creo que deba explicar con
tecnicismos lo que es, se entiende... lo que quiero describir es la
sensación. El sentirse inútil, incapaz, insuficiente, improductivo,
consumido. Es una emoción catastróficamente negativa, un tornado de
fuego negro que te golpea con cada segundo que pasa delante de la
hoja en blanco. Inseguro y deshecho, ese blanco te deja sin fuerzas y
te sumerges en el negro. En la calidez del negro... en resumen,
puedes llegar a deprimirte. Te estresas y después te bloqueas.
Supongamos
ahora que te ha pillado al empezar un proyecto; lo dejas y lo
intentas, lo dejas y lo intentas, lo dejas y luego lo vuelves a
intentar y nada, sin resultados... te deprimes y sigues dándole que
te pego. ¿Qué puedo hacer? Nada, no hagas nada. No pienses
siquiera. Vete lejos, muy lejos... sin abandonar. Olvídalo, a
medias. Haz cualquier otra cosa, cualquier cosa. Puedes estar así
una semana, un mes o un año. ¿Y mientras? Practica. Escribe algo
basado en tu libro, película o serie favorita, crea o copia,
escribe, eso es lo importante: no dejar de escribir. Y cuando ese
proyecto de antes te llame, responde.
No
soy una profesional, solo hay que ver que nunca he terminado nada que
haya empezado. Es solo que... esta entrada... es como si fuera un
auto-estímulo —bueno, de todos modos, los escritores se escriben,
no escriben para los demás... Los demás deberían considerarse
privilegiados porque el escritor ha decido compartir con ellos lo que
es suyo, su intimidad—, como si mi subconsciente quisiera darme
ánimos por seguir adelante con lo que más me gusta (entre mogollón
de cosas más). Y si esto significa algo para alguien más como lo
hace para mí, no importa si fuera un escritor, un artista o un
matemático..., pues me haría realmente feliz y orgullosa de mi
persona. ¿Porque y si mi trabajo no fuera escribir grandes
historias, sino ayudar a los demás a llegar a la cima? Haré todo lo
que pueda con lo que se me ha concedido.
Que bien escribes,nobles pensamientos,me a gustado leer este post,buen día Amy.
ResponderEliminarMuchas gracias, Jose. Un placer :)
EliminarShariel.
Gracias a tí,porque también uno va aprendiendo cosas interesantes,en mi caso a leer un poco entre día a día,gracias :)
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