sábado, 26 de marzo de 2016

Time waits for no one

Notaba como el tiempo se escurría de entre mis dedos, rotos, destrozados. Y no podía hacer nada para evitarlo, tal vez observar... se dice que observando se aprende, ¿pero cuándo pasaré a la acción? Estuve toda mi vida, toda mi existencia observando, esperando el momento oportuno, mas éste nunca llegó. Ni siquiera se acercó. Intenté formar un puño con mi mano derecha, mientras la izquierda seguía inmóvil. Me dijeron que las cosas se hacen poco a poco, así se obtienen los buenos resultados. Sí, ¿lo adivinas? No veía resultado alguno.
El tiempo seguía escapando, mientras mis incapaces manos y brazos y piernas y pies, incluso dedos, intentaban atraparlo. Lo notaba sólido, también frágil.
Time waits for no one.
Tal vez era verdad. Una verdad tan evidente que dolía. Duele. Me lastima y yo mientras me reía... qué va, pensaba, si yo soy inmortal, invencible, imparable, nadie puede conmigo. Pero siempre está la puñetera excepción: la que confirma la regla. Yo podía conmigo. Soy la enemiga que buscaba en los rostros que veía por la calle. Siempre estaba a la defensiva, menos cuando estaba conmigo misma, quién iba  a decir que me traicionaría a mí misma. El tiempo corre y siento que ya me están derrotando. ¿Más? Más todavía.
Lo notaba sólido en mis manos, el tiempo estaba parado justo encima de ellas, sin embargo corría. Mis dedos tiesos, corrían persiguiéndolo:
—Jajajjaj Xd—
Time waits for no one.
—¡Pero qué gracioso...!
>>Espera, ¿qué hora es? Oh, no, mieeeercoles. Media hora... no me lo puedo creer: ¡el tiempo vuela!—

jueves, 10 de marzo de 2016

Y por eso rompimos

“Las intuiciones se tienen o no se tienen”.


Min cortó con Ed, el chico más popular del instituto, por lo que decide escribirle una carta enumerando los distintos objetos que le regaló o que tuvieron que ver con él: desde las entradas de la primera película que vieron juntos hasta los pétalos de rosa de un ramo que no era para ella.
Hasta aquí todo muy interesante. He de admitir que la idea es original y atrayente. Handler nos presenta una historia de amor adolescente típicamente americana de una manera nueva e intrigante, porque cada objeto, cada recuerdo encierra una razón por la cual su relación no funcionó... Pero, siempre hay un pero.
Min es una fanática de las películas y sueña con ser directora... y a la hora de contar su historia lo hace introduciendo pequeñas escenas de películas, que me gustó bastante. No obstante, a veces resulta muy empalagoso y pesado. A veces me costaba mucho terminar un capítulo, o incluso me saltaba páginas que no aportaban nada a la trama. Eso es lo que más me disgustó de esta novela.
Aparte de querer saber la razón por la cual rompieron no encontré ningún otro estímulo para querer devorar el libro en un día. En la mayoría del tiempo fue muy aburrido y predecible.


martes, 8 de marzo de 2016

ø

Cierro los ojos, esperando percibir la oscuridad que hay en mí... donde la luz se halla escondida entre docenas de capas de cuerpos flotando a la deriva, siguiendo un único camino, desembocado en un mar de fuego.

Caliente, caliente, caliente.

Siento cómo las llamas consumen mi corazón. Las lágrimas han perdido su efecto lubricante. El llanto se ha convertido en un grito insonoro, cargado de vacío. Las burbujas de roca hirviendo explotan e impregnan mi piel, derritiéndola, desnudándome al completo.

Caliente, caliente, caliente.

Pero yo estoy congelada. Y sedienta. El agua recorre mi garganta, su sabor inexistente deja mucho que desear.

Caliente, caliente, caliente.

Cierro los ojos. No. Los tengo cerrados. No los puedo cerrar. No los puedo abrir. Son los ojos del alma quienes pretendo cerrar. No. Esos ojos no existen, no me dejaré engañar. No me dejaré engañar. No me dejaré engañar.

Caliente, caliente, caliente.

La brisa sigue soplando, viene de lugares exóticos, donde personas como yo lo lograron. ¿Lograron el qué? Lo lograron. Confusión, pesar, desesperación, olvido, deseo, esperanza, guerra, angustia, soledad, justicia e injusticia, amor... Son las palabras que me comunican las voces de aquellos que lo lograron. ¿Lograron el qué?

Caliente, caliente, caliente. Y frío.

No lo entiendo. Debería comprenderlo. ¿Verdad? Sé que debería, daría la vida por lograrlo. ¿Lograr el qué? Y lo que es más: ¿qué es vida? No lo entiendo. ¿Lo entiendes tú?

Caliente, caliente, caliente. No hay remedio.

No lo entiendes, lo sé. Lo percibo. Me lo dice la oscuridad que hay en ti... esa que no deja que la luz me encuentre. Esa que me obliga a seguir caminando sobre estos desgastados cuerpos, flotando a la deriva, desembocando en este mar de fuego. Y me derrito, yo me desnudo, mis huesos son muy brillantes, ¿lo sabías? Me lo imaginaba, son preciosos. No como los tuyos, carbonizados, tan oscuros que no dejan traspasar la luz que hay en mí.

Ah. Caliente, caliente, caliente. Y frío.

Sé que quieres visualizarme. No me reconoces, pero mi voz es como esa melodía que cantabas al nacer. Yo la compuse, sólo para ti. No me reconoces, por eso lo sigues intentando, sigues empujando ese enorme muro de piedra.

Suave, suave, suave como el algodón. Pero caliente.

Me he quedado sin fuerzas. ¿Acaso lo lograré? ¿Lograr el qué?